Artículo "Principios éticos para afrontar la pandemia en Colombia" publicado en la Revista Razón pública
Autores: Boris Pinto – Ana Isabel Gómez – Andrea Castillo Niuman – Nicolás Antonio León
"La situación actual
La pandemia del COVID-19 ha cambiado los modos de vida de nuestras sociedades. Los principales afectados son los sistemas de salud y la economía global.
En distintos países, los profesionales de la salud han respondido con altruismo ante la emergencia. Pero están pagando un costo enorme. Aquellos que están en la primera línea de atención experimentan angustia moral e impotencia, debido al peso de las decisiones vitales que deben tomar cada día.
Por esta razón es imperativo contar con principios, normas, protocolos e instancias consultivas que faciliten la toma de decisiones clínicas para proteger los derechos de las personas enfermas y de los trabajadores del sector de la salud.
Dichos protocolos permitirían una adecuada asignación de los recursos escasos, pues de otro modo colapsaría el sistema nacional de salud.
Los recursos del sistema de salud
Uno de los problemas fundamentales es la capacidad hospitalaria disponible para afrontar la pandemia.
El virus muestra una importante velocidad de propagación. Esto aumenta el número de pacientes que necesitan atención intrahospitalaria: entre el 15% y el 20% de quienes presentan la enfermedad, según algunos cálculos.
Las unidades de cuidados intensivos (UCI) son un recurso tecnológico para pacientes críticos que requieren atención continua y un ambiente aséptico. Colombia cuenta actualmente con 5271 camas de cuidados intensivos para adultos, de las cuales menos del 25% cuentan con condiciones de aislamiento. Se estima que hay actualmente alrededor de 11,2 camas de UCI por cada 100.000 habitantes
De las camas disponibles, 699 pertenecen a la red hospitalaria pública, y el resto se encuentra en instituciones prestadoras de salud (IPS) privadas. El país cuenta con 888 camas pediátricas, de las cuales 125 hacen parte de la red pública. Muchas UCI trabajan bajo contratos de pago por capitación (pago anticipado), lo cual puede limitar el acceso a quienes requieran el servicio; pues esta modalidad no garantiza al prestador ingresos adicionales por el servicio. Por eso importa aclarar cómo se articulará la red pública con la red privada en el contexto de la atención a la pandemia.
El desafío de la equidad
Pero en Colombia tenemos un problema fundamental: la desigualdad en la distribución de este recurso.
En Bogotá se encuentran 967 camas para adultos de UCI; el Valle del Cauca cuenta con otras 766. Pero existen departamentos con números muy reducidos de camas e incluso hay algunos que carecen de estas: Arauca cuenta con cuatro, mientras Vaupés, Guainía, Amazonas y Vichada no poseen ninguna."
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